miércoles, 7 de enero de 2009

El instituto y el invierno.

Muchos vendréis sin ganas después de las vacaciones, tan largas, ese dejarse fluir sin tiempos, puede ser muy agradable... 
Algunos agradecemos el regreso, la vuelta a las clases, la rutina cada día nueva, la tarea hecha, el calorcito de las clases en la biblioteca, las declinaciones, y los mitos clásicos, y los atardeceres anaranjados, o casi blancos por la ola de frío que nos rodea, quizá nieve, puede nevar cerca, qué gusto. Invierno.
Sé que alguien se siente aliviada de volver, de hablar con los compañeros, profesores, volver a concentrarse en la lectura, en las declinaciones.... sí, qué hermoso, tener un lugar donde canalizar las inquietudes, donde aprender, compartir.  Para eso estamos.

Y bueno, muchos quisieran volver al instituto. Para los jóvenes de la franja de Gaza, un instante para ellos, esos que no saben si van a poder terminar el curso,  si su profesor seguirá vivo, cómo van a organizarse para vivir después que les han bombardeado la casa, si acaso van a poder ver de nuevo a sus compañeros, y cuándo...
Persépolis nos ayuda a imaginar un poco qué sentirán esos jóvenes. A ellos las lecturas quizá les ayuden a seguir, yo estos días he leído "El informe Brodeck", de Philippe Claudel recomendado por Esperanza, me ha parecido sencillamente perfecto. Tras la mirada limpia e inocente de un superviviente de un campo de concentración se encierra la esencia del género humano, personajes tan aterradores como la Zeilenessines - devoradora de almas - nos dejarán la sangre helada, o como el Alterer, es decir el otro, que nos intrigará hasta casi el final de la novela. Esta novela nos muestra como en un espejo la dureza del ser humano y a la vez la esperanza.

2 comentarios:

Esperanza dijo...

Querida Susana,
Tú eres la acogedora: a tu lado hay calor, libertad, y una serenidad que no sé cómo te arreglas para transmitirla (espero que se aunque sea minímamente le llegara ayer a Souad).
Siempre pienso en ti cuando le algún libro especial, pero el de P. Claudel me pareció, quizá en ese sentido de la serenidad, especialmente apropiado: hay algo en esa mirada limpia del personaje Brodeck que se parece a lo que yo llamo tu serenidad (y que no es inocencia, claro).
Ayer yendo al instituto contemplé el cielo: las montañas rosas. Se nos olvida decir estas cosas tan importantes. Gracias por recordárnoslo.
¿Cómo podríamos contribuir a parar el infierno de Gaza, aunque sea con un minímo gesto de conciencia cívica, en el instituto?
Tengo un buen cómic. Podríamos escanear algún episodio (son breves) y ponerlo en imágenes juntando tu clase y la mía?

Preciosa la nevada. Invierno...

Santi dijo...

S'ens oblida sovint que formem part de la natura que ens envolta i no sabem apreciar-la capficats com estem en les nostres preocupacions, sense pensar en el que patixen altres.
Lo de tornar a l'institut per estar calentets en la biblioteca recordant les declinacions, no sé si convenç massa o qué?
Feliç any

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