sábado, 17 de noviembre de 2007

Lecciones de maestros I: Sobre Pennac.

El verbo leer no soporta el imperativo, como tampoco el amar.

Como una novela de Daniel Pennac abre, en una prosa que refresca cada paso del camino, la puerta a la reconciliación con el placer de la lectura. He pasado unas horas deliciosas leyéndolo. Me ha llevado a las tardes en verano de siesta obligada de mi infancia y al internado voluntario de mi adolescencia, con Tiluc y los animales de la selva canadiense, los cinco secretos, Tom Sawyer, Vol nocturn, o Cien años de soledad, cuando todavía quería ser Remedios la bella.
Os dejo su decálogo o derechos de los lectores, esos que no supimos o no osamos decir:
  • El derecho a no leer
    El derecho a saltarnos las páginas
    El derecho a no terminar un libro
    El derecho a releer
    El derecho a leer cualquier cosa
    El derecho al bovarismo (enfermedad de transmisión textual)
    El derecho a leer en cualquier sitio
    El derecho a hojear
    El derecho a leer en voz alta
    El derecho a callarnos

No hay comentarios:

Datos personales